"..(Caballero)-Princesa, mientras tiene mi
verga en la boca, quiero decirle algunas verdades: Me he cogido a más de
mil doscientas mujeres, es decir, que en este momento chupa usted los
restos de mil doscientas vaginas más o menos prostituidas, viscosas y corrompidas.
(Princesa)-No conseguirá darme asco. Voy a chupársela.
(Caballero)-No se lo diga a nadie, pero me gustan las criadas.
(Princesa)-También a mi.
(Caballero)-No puedo ver una cocinera sin levantarle el delantal, las
faldas y la camisa sucia para clavarle mi verga en el culo.
(Princesa)-Y yo mi lengua.
(Caballero)-Cuando digo en el culo, es una forma de hablar. Esas chicas
son tan dóciles.... En este momento tengo a mi servicio una pequeña
bretona de dieciseis años que se deja encular como una cabra.
(Princesa)-No presuma. Lo hacen todas.
(Caballero)-Me la chupa usted deliciosamente, pero su boca no es tan estrecha como el ojete de su culo.
(Princesa)-¿Quiere usted el mío?
(Caballero)-Mejor por la mañana, cuando me lo presente antes de cagar...
(Princesa)-Cree que me da repugnancia, pero lo cierto es que me excita, querido. Diga una palabra más y me vengo a chorros.."
--Pierre Louÿs-- “Dialogos de cortesanas”
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