"..¡Qué sensación más extraña! --dijo Alicia--. Me debo estar encogiendo como un telescopio.
Y así era, en efecto: ahora medía sólo veinticinco centímetros, y su
cara se iluminó de alegría al pensar que tenía la talla adecuada para
pasar por la puertecita y meterse en el
maravilloso jardín. Primero, no obstante, esperó unos minutos para ver
si seguía todavía disminuyendo de tamaño, y esta posibilidad la puso un
poco nerviosa. «No vaya consumirme del todo, como una vela», se dijo
para sus adentros. «¿Qué sería de mí entonces?» E intentó imaginar qué
ocurría con la llama de una vela, cuando la vela estaba apagada, pues no
podía recordar haber visto nunca una cosa así.."
--Lewis Carroll-- "Alicia en el país de las maravillas"
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